La provincia de Teruel es una tierra de mil colores. Encontrarás paisajes muy diferentes, incluso de características completamente opuestas, aunque cada uno de ellos con su propio encanto inimitable.
Quizá las sierras de la Comunidad de Albarracín y las de la Comarca del Matarraña parecen, a simple vista, iguales. Pero, en realidad, el verde de sus árboles no es exactamente el mismo. Ni siquiera coinciden la tonalidad de sus rocas. Las tierras que rodean Teruel capital son del mismo ocre que las del fílmico oeste americano. Nada que ver con las formas calizas grisáceas que emergen en el Maestrazgo o el azul de lagunas y pantanos.
Y entre tanta riqueza natural, nos atrevemos a destacar diez espacios. Diez maravillas que provocan interés especial y asombro merecido en distintos puntos del territorio. Estamos tan seguros de que tienen que estar en esta lista, como de que esta lista se podría ampliar con bastantes espacios más.
ÓRGANOS DE MONTORO
Una formación caliza de la edad cretácica que semeja los tubos de un gran órgano. Agujas calcáreas de más de 200 metros de altura que parecen envolver una montaña en las estribaciones del Sistema Ibérico, en la Comarca del Maestrazgo. Ha sido declarado Monumento Natural y se encuentra dentro de una zona de alto interés geológico, cincelada por el agua, el hielo y los vientos.
EL PUENTE DE FONSECA
Otra creación cárstica en el curso del río Guadalope, cerca del corazón del Maestrazgo, y también declarada Monumento Natural. El curso del agua ha horadado la roca, construyendo durante siglos un curioso túnel. En el interior, existe un microclima que genera un ecosistema muy especial. Musgos y helechos crecen junto al agua cristalina, configurando un precioso remanso de paz en el centro de un angosto desfiladero que atraviesa una zona en estado casi salvaje.
EL PARRISAL
En el espectacular marco que configuran los Puertos de Beceite, en la zona más agreste de la preciosa Comarca del Matarraña, encontramos un paraje extraordinario. El recién nacido río Matarraña se abre paso entre las paredes de roca que ha ido esculpiendo durante siglos. Una serie de pasarelas y senderos, que en alguna ocasión no pueden sortear el agua limpia y pura, nos conducen hasta unos estrechos impresionantes, escondidos entre quejigos y refugio de cabras montesas.
LOS PINARES DE RODENO
Con una superficie de casi 7.000 m2, se extiende por la Comunidad de Albarracín un impresionante paisaje protegido. Combina el verde de una especie de pino muy característico y paredes, abrigos, saetas o callejones de la arenisca roja con la que se construyó el pueblo más bonito de España. En este paraje se conservan también pinturas rupestres de arte levantino, declaradas Patrimonio Natural de la UNESCO, o se puede disfrutar de las evoluciones por las rocas de los cada vez más aficionados al “boulder”.
SIMA DE SAN PEDRO
A pocos metros del cauce del río Martín, entre las localidades de Oliete y Ariño, la tierra se abre. La sima de San Pedro es un enorme pozo de origen cárstico con una boca de unos 100 metros de diámetro y 108 metros de profundidad. La hendidura es única en Europa por su estructura y el ecosistema que acoge, de excepcional valor ecológico. Allí se encuentran más de 25 especies de vertebrados, sobre todo pájaros, lo que convierte a la sima en una atracción ornitológica.
LOS AMANADEROS DE RIODEVA
En un paisaje similar al del Rodeno, con los mismos pinos y las rocas rojizas pero enclavado en la Comarca de Javalambre, entre los municipios de Camarena de la Sierra y Riodeva, se encuentran los amanaderos. Se llaman así porque el agua surge o “amana” de la nada para precipitarse luego por escalones calizos, creando una serie cascadas: el Salto de las Yeguas, con 22 metros de caída, la Cascada de las Ninfas, de 24 metros, o la Caída de San Lorenzo, nada menos que con 48 metros de altura, se suceden en apenas unos metros.
EL PUENTE DE CANANILLAS
En el curso del río Bergantes, poco antes de llegar a Aguaviva, en la Comarca del Bajo Aragón, encontramos un bello paraje que transmite tranquilidad. Un puente de mampostería del siglo XVII remata la estampa que componen el agua cristalina del río, a unos 10 metros más abajo, y los conglomerados grisáceos que ha redondeado la erosión. Las riberas de tierra y cantos rodados se llenan de gente cada verano, porque el entorno del puente de Cananillas es una de las pozas naturales más valoradas de Aragón.
LAGUNA DE GALLOCANTA
Gallocanta es una masa de agua de una longitud máxima de 7 kilómetros, considerada la mayor laguna natural de la Península Ibérica y una de las más grandes de Europa con agua salada. Se encuentra en la Comarca del Jiloca, ha sido declarada reserva natural y es un famoso destino para ver las evoluciones de miles de grullas durante sus migraciones. Además de un paraíso para las aves, Gallocanta es un ejemplo único de ambiente estepario con una flora rica y variada.
GRUTAS DE CRISTAL
Aunque oculto de la luz del Sol, el paisaje que conforman las grutas de Cristal es igualmente sorprendente y maravilloso. También bajo las montañas de Molinos, en la Comarca del Maestrazgo, el discurrir del agua ha cincelado durante siglos un paisaje extraordinario. Allí disfrutamos de una gran variedad de formaciones cársticas como estalactitas, estalacmitas, columnas geológicas o cascadas. Un lugar vivo que fue también el hogar o, al menos, el lugar de enterramiento del hombre más antiguo de Aragón: el hombre de Molinos. Sus restos tienen más de 25.000 años.
EL RIO DE PIEDRAS
La Comunidad de Albarracín guarda otro capricho de la naturaleza que destaca por su singularidad. En el término municipal de Orihuela del Tremedal existe un gran río de bloques de rocas reado por la acción del agua helada en la grietas de la piedra. Cuenta con una longitud de 2’6 kilómetros y más de 200 metros de anchura. Verlo desde la lejanía es todo un espectáculo, recorrerlo una experiencia impresionante. ¿Te animas a andar por ese camino de piedra que desciende de lo alto del monte hasta el fondo del valle?